Durante los últimos años, el PSOE de León, de Castilla y León y de España ha tenido una posición sobre las aspiraciones leonesistas de una parte de la sociedad leonesa que ha sido la establecida por nuestros militantes en nuestros Congresos. Durante más de 40 años.
Siempre hemos compartido el diagnóstico sobre la situación de la región leonesa. El deterioro demográfico y económico y los enormes desequilibrios con respecto al resto de la CCAA es estremecedor. La desindustrialización, el envejecimiento y el éxodo juvenil, aún siendo generales, son muchísimo más graves. Sin duda, también hay elementos históricos, una lengua y una cultura propias que no han sido suficientemente atendidos y protegidos. Pero el problema es el PP y su gestión. La causa, lo tengo claro, está en los sucesivos gobiernos del PP en la Junta de Castilla y León durante los últimos años.
No es casual tampoco que, además del leonesismo y con características muy diferentes, haya más partidos provinciales que nunca en las Cortes. Con Mañueco y el PP se han exacerbado las desigualdades y las diferencias en servicios públicos, en infraestructuras, en desarrollo y en derechos. Eso es lo que hay que cambiar. Sea cual sea la distribución territorial, nada cambiará si sigue el poder en manos de la derecha corrupta, la política y la mediática.
Siempre he exigido y propuesto más sensibilidad, respeto, inversiones y descentralización económica e institucional que permitieran una CCAA más justa y equilibrada. Con muchas dificultades y mucha oposición. Dentro y fuera de mi partido. Obviamente, la situación ha ido a peor.
Entiendo, respeto y me parece legítima la aspiración de León. Nunca me han oído otra cosa, aunque no pensara que fuera el camino. Hace unas semanas decía que se tenía que escuchar la voz de los leoneses y, por fin, la han expresado en la Diputación provincial con una mayoría clara. Toda mi comprensión y empatía con los leoneses y leonesas. Pero no basta con eso.
Tampoco es que haga falta conocer mucho León para saber qué se siente allí. Pero es que resulta que yo sí lo conozco, lo vivo y lo siento desde hace muchos años. Quiero a León porque León es también mi casa. Por eso sé que ese sentimiento no es nuevo. Existe desde el principio de la democracia. Existe en toda la sociedad y en todos los partidos. Existía, de hecho, cuando el alcalde de León, en solitario, inició este proceso y hubo quienes quisieron apartarle de la candidatura.
Yo nunca lo hice. Siempre he tenido una magnífica relación con él y con cuantos, en mi partido, desde siempre han apoyado la causa leonesista. Siempre le he ayudado, estuviéramos o no de acuerdo en todo, en los proyectos para León, fueran de la administración que fueran.
Ahora, ante la aprobación de la moción en la Diputación de León, varias reflexiones y un compromiso. Es verdad que, cuando uno abre una puerta, debería saber dónde conduce. No quisiera pensar que la decisión no es meditada o sólo busca hacer ruido y engañar y frustrar a los leoneses. Sería muy irresponsable. Porque la aspiración de tener otra CCAA está en el corazón de muchos leoneses.
En el PSOE de León he escuchado como se defiende, en apenas unas semanas:
- Una sola CCAA con dos fiestas
- Dos CCAA. Región leonesa y región castellana.
- Dos CCAA. Pero con un encaje diferente de El Bierzo.
- Dos CCAA. León sólo.
- Dos CCAA. León con Asturias.
Es tan confuso que la moción la votaron a favor algunos que la habían rechazado previamente y la rechazaron algunos que la habían apoyado en sus Ayuntamientos. Tanto, que alguno se desmarcó, a medias, tras apoyarla y otros, como el portavoz del PP, ha dicho que apoyará la autonomía propia para León apenas horas después de rechazarla.
Obviamente. León no puede ni debe hablar más que por León. Del mismo modo que sé que ese sentimiento es muy fuerte en León, no lo es tanto en el Bierzo y es muy débil en Zamora y Salamanca, que tienen, como debe ser, voz propia. Por eso soy prudente. Y porque nunca he buscado ni buscaré enfrentamientos.
Pero yo no seré quien frustre las legítimas aspiraciones y sueños de muchos leoneses. Hoy se abre un camino que el propio gobierno de España ha considerado legítimo y que escuchará. Yo también. Ahora, toca esperar a ver qué sucede en el Congreso de los Diputados que debería pronunciarse. Ese es el camino de la Constitución. El caso es que, si se reinicia el estado autonómico, estoy seguro de que otros se sumarán a estas legítimas reivindicaciones. Quizá es el momento. Es hora de ser coherentes y valientes.
Por eso, como firme defensor de la democracia interna en el PSOE, como Secretario General, cuando llegue el momento la posición del partido en un asunto de especial trascendencia deberán fijarla nuestros militantes mediante una consulta tal y como establecen nuestros estatutos. La voz de todos los socialistas decidirá.
Valladolid, 28 de Junio de 2024