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Intervención ante el Comité Federal del PSOE del secretario general del PSOECyL y candidato a la Presidencia de la Junta de Castilla y León, Luis Tudanca

por Manuel Iglesias

Gracias, presidente.

Buenos días, compañeros y compañeras:

La política sólo tiene sentido si sirve para hacer mejor la vida de la gente, para trabajar porque el mundo que nos rodea, desde lo más cercano a lo más global, sea cada día un poco mejor. Por eso, estoy tan orgulloso de pertenecer a esta casa común que es el PSOE en un momento en el que nuestro país y el mundo se están enfrentando a la peor crisis de la historia reciente.

Y lo estoy porque hoy podemos reivindicar, con toda humildad, pero con orgullo, la labor de un gobierno, de un país, que decidió salir de esta crisis protegiendo a los ciudadanos como no se hizo en crisis anteriores.

Esta semana conocíamos los datos de empleo. Sí, en menos de 2 años hemos recuperado y superado los niveles de empleo previos a la pandemia con un 2021 de récord. Y estamos hablando de familias, de trabajadores, que han vivido tiempos terribles y que ven de nuevo el futuro con esperanza.

Y, además, se ha hecho siempre desde el diálogo. Por eso, me rebelo frente a los que pretenden llevarnos a las trincheras o los bandos. Pero si tengo que elegir uno, elijo estar del lado de los 600.000 pensionistas de Castilla y León que hoy, de nuevo, ven revalorizadas sus pensiones, de los casi 200.000 trabajadores y trabajadoras de mi tierra a los que se ha protegido con los ERTEs, a los 140.000 que cobran un SMI más digno, a los 72.000 autónomos a los que se pagó, por primera vez, una prestación, a los 36.000 que han podido acceder ya al IMV. Elijo estar del lado de todos los que van a recuperar sus derechos con la nueva reforma laboral.

Y no se trata de ningún milagro, no, se trata de política, las políticas socialdemócratas del gobierno que han demostrado que era posible hacer compatible la recuperación económica y la justicia social. Que sí había otro camino.

Y en este escenario, compañeros y compañeros, el próximo 13 de febrero se celebrarán unas elecciones históricas en Castilla y León.

Históricas porque serán las primeras elecciones autonómicas que se celebren en solitario en mi tierra.

Históricas porque el cambio y la esperanza se impondrán en Castilla y León.

Cuando hace unos años mis compañeros y compañeras me eligieron Secretario General del PSOE de Castilla y León nadie creía que pudiéramos ganar. Pero lo hicimos. En el año 2019 ya ganó el cambio, ya ganó el PSOE 30 años después. Y hoy esas ansias de cambio siguen latiendo con la misma fuerza.

Es verdad que, entonces, traicionaron a la gente con un pacto contra natura y frustraron las esperanzas de cuantos querían otro gobierno, otras políticas. Mercadearon con nuestra tierra, con el voto y la voluntad de la gente.

Pero mirad, si de algo estoy orgulloso, no es de haber ganado. Estoy orgulloso de un partido que dejó atrás cualquier frustración o rencor para seguir trabajando por nuestra tierra. Nunca se nos ocurrió decir que el gobierno fuera ilegítimo, nunca pusimos en tela de juicio las instituciones, nunca elegimos el camino de perjudicar la vida de la gente con la tentación de aprovecharlo en nuestro beneficio. No somos así, no hacemos política así.

No sólo eso, sino que cuando llegó la peor crisis de nuestras vidas, cuando la pandemia nos golpeó tan dura como inesperadamente, nos pusimos a trabajar con lealtad con el gobierno autonómico porque lo primero, lo único, siempre es la gente a la que nos debemos. Impulsamos un Pacto por la reconstrucción con el único fin de proteger a los castellanos y los leoneses durante lo más duro de la pandemia y prepararnos para la recuperación económica que estaba por llegar. La que hoy debemos aprovechar.

En la legislatura anterior, ya había firmado acuerdos con el resto de partidos sobre asuntos tan importantes como la reforma del sistema de financiación autonómica, la PAC, la política industrial o la ordenación del territorio. Entonces y ahora, me preguntaron muchas veces por qué lo hacía sabiendo que, con ello, quien más ganaba políticamente era quien gobernaba. Por qué, después de todo lo que habían hecho. Pero es que se trataba, siempre se ha tratado, de que gane la gente, de hacer de Castilla y León una tierra más próspera y justa.

Por eso, todo lo que ha pasado después es más incomprensible. Porque el Sr. Mañueco desaprovechó todo ese capital de consenso y lealtad incumpliendo cada acuerdo y cada compromiso. Cerró la sanidad a cal y canto, les quitó sus derechos a los profesionales sanitarios, dinamitó el diálogo social, abandono sin ayudas a los trabajadores y a los sectores más afectados por la pandemia…

Y en el peor momento posible, en una tierra poco dada a las estridencias, cuando nos jugamos la crucial recuperación económica, la reforma de la financiación autonómica, la llegada de los fondos europeos, cuando estamos luchando contra lo peor de la sexta ola de la pandemia…ha dinamitado su propio gobierno, ha hecho fracasar sus propios presupuestos y ha convocado unas elecciones.

Ola tras ola, Castilla y León ha sido siempre una de las CCAA más golpeadas por el virus y con 3.500 de IA, el Sr. Mañueco ha pensado que era un buen momento para empezar una campaña electoral. Terriblemente irresponsable. En el peor momento posible, el Sr. Mañueco ha metido a los castellanos y los leoneses en el tablero de los juegos de poder del PP como si fueran piezas o rehenes de Casado y Ayuso.

En realidad, la convocatoria electoral no tiene más motivo que ese y que el terrible miedo a que las numerosas tramas de corrupción del PP de Castilla y León les pasaran factura. En los próximos meses se juzga la trama eólica en la que el juez pide penas de 138 años de cárcel y multas de 848M€ para altos cargos del PP: la Perla Negra, donde tendrá que comparecer como testigo el expresidente de la Junta; o el caso de las primarias de Mañueco en las que ya han reconocido que hicieron trampas para nombrarle candidato pero que está pendiente de determinar si, además, hubo financiación ilegal. Por no hablar de que otro vicepresidente de la Junta ha sido ya condenado recientemente por la trama Gürtel.

Este es el PP de Castilla y León, estas son algunas de las razones para un cambio que es más urgente que nunca. Este es el pasado que queremos dejar atrás y mirar al futuro.

Por eso, debemos convertir la irresponsabilidad en una nueva oportunidad. Una oportunidad para el cambio y la esperanza.

Un gobierno de cambio y esperanza que le devuelva la voz a Castilla y León. Estás elecciones se celebran para decidir el futuro de Castilla y León. Eso es lo que nos jugamos. Nuestro futuro. Frente a quienes la han hecho invisible, frente a quienes no quieren que se hable nosotros y querrán combatir contra fantasmas inventados, yo quiero hablar de Castilla y León y de su gente, de los retos que afrontamos, de nuestro proyecto, del papel y la voz de mi tierra en España.

Vamos a mostrar nuestras fortalezas y reivindicar también nuestras necesidades porque no queremos ser más que nadie, pero no consentiremos nunca ser menos.

Yo no tengo otro compromiso mayor que el que tengo con Castilla y León. Por eso, Pedro, hemos batallado tanto. Y lo seguiremos haciendo. Porque las políticas del PP nos han hecho cada vez más pequeños y los socialistas creemos en la equidad, en darle más a quien más necesita. Y por eso hemos obtenido de tu gobierno la mayor respuesta que nunca hayamos recibido. Hoy, podemos hablar con orgullo del proyecto de Montelarreina en Zamora, del impulso de la CIUDEN y el INCIBE en León, del centro de datos de la SS y el museo nacional de fotografía de Soria, del centro de innovación de la FP de Segovia, del centro de competencias digitales de Renfe en Miranda de Ebro….

Y también sabes Pedro que no hemos compartido todas las decisiones del Gobierno y que, si en alguna ocasión debo elegir, como hasta ahora, siempre estaré del lado de Castilla y León y los intereses de su gente. Con toda lealtad y toda la convicción.

Estamos ante la oportunidad de poner en marcha un gobierno de cambio y esperanza que le devuelva a Castilla y León la estabilidad imprescindible para afrontar con garantías el momento decisivo en el que nos encontramos. Y eso sólo puede hacerse desde el diálogo y el consenso. Por eso, mi primera decisión será convocar a todos los agentes políticos y sociales para impulsar un gran Pacto que culmine con la aprobación de unos Presupuestos y un Plan de reindustrialización que comiencen a construir la Castilla y León del futuro aprovechando la llegada de los fondos europeos. Ha llegado la hora de que nuestra tierra, por fin, apueste con ambición por la reindustrialización y el cambio en el modelo económico y productivo, que blinde los servicios públicos y garantice su prestación en igualdad a todos los ciudadanos vivan donde vivan.

Un cambio y una esperanza que le den, por fin, a Castilla y León un gobierno decente. Quiero recuperar una manera de hacer política que apuesta por el entendimiento en los asuntos de Comunidad, la política que tiene palabra y la cumple, que no tolere sombra alguna sobre las actuaciones de los responsables públicos, que ponga fin a 35 años de gobiernos del PP.

Un gobierno de cambio y esperanza que les devuelva su futuro a nuestros jóvenes. Generación tras generación, los castellanos y leoneses no han visto otro camino que exiliarse. Por eso, pondremos en marcha un Programa de primera oportunidad para que nuestros jóvenes puedan tener su primer empleo en Castilla y León y un ambicioso Plan de retorno del talento para que puedan volver muchos de los que se fueron.

Un gobierno de cambio y esperanza que apueste por la sanidad pública, por un incremento de los recursos, sobre todo en atención primaria, por el diálogo con los profesionales y la mejora de sus condiciones, por la recuperación de la atención presencial y la reapertura de los consultorios rurales, por la puesta en marcha de un plan para la ocupación de plazas de difícil cobertura y una Ley para garantizar unos plazos máximos para ser atendidos en la sanidad pública y con ello reducir las listas de espera.

Un gobierno de cambio y esperanza que apueste por la igualdad de oportunidades y la educación pública. Necesitamos aprovechar el nuevo modelo de formación profesional y el enorme potencial de nuestras universidades. E implantaremos la gratuidad de los libros de texto y la educación infantil.

Un gobierno de cambio y esperanza que haga frente, al fin, al reto demográfico en la tierra que más sufre la despoblación. Impulsaremos una Ley para el reto demográfico, con una Estrategia y un presupuesto propios, que articulen todas las medidas para revertir esta sangría, con incentivos fiscales para pobladores y empresas, con la extensión de la banda ancha, la reindustrialización y la garantía de los servicios públicos en todo el territorio. Y lo haremos, de nuevo, desde el consenso y el diálogo porque nuestro futuro debemos construirlo entre todos.

Un gobierno de cambio y esperanza que apueste por la cohesión económica, social y territorial, que corrija los enormes desequilibrios que tiene Castilla y León, que apueste decididamente por la descentralización institucional y económica para garantizar que crezcamos todos, que crezcamos juntos. Por eso, aprobaremos en el primer año de legislatura un proyecto para la desconcentración de centros directivos, instituciones y entidades que permita la dinamización de toda la Comunidad y que consensuaremos con el resto partidos, con los agentes sociales y con las entidades locales.

Sabemos qué necesita Castilla y León y tenemos la capacidad de hacerlo posible.

Porque tenemos, además, el aval de quienes ya lo han hecho.

Quiero un gobierno en Castilla y León que recupere las privatizaciones de la sanidad como ya ha hecho Ximo en Valencia

Quiero un gobierno que proteja a los trabajadores y trabajadoras con un complemento a los ERTE como ha hecho María en Navarra.

Quiero que un gobierno reivindicativo y defensor de su tierra como el de Adrián en Asturias.

Quiero un gobierno que apueste por la igualdad, sin dudas ni matices, como hace Guillermo en Extremadura.

Quiero un gobierno que ponga en marcha un parque público de viviendas de alquiler como Concha en La Rioja.

Quiero un gobierno que trabaje sin descanso para hacer frente a la despoblación como hacen Emiliano en Castilla La Mancha y Javier en Aragón.

Quiero un gobierno que tenga siempre una capacidad infinita de empatía con la gente que sufre y responsabilidad para hacer frente a cualquier crisis como el de Ángel Víctor en Canarias.

Quiero un gobierno que sea capaz de dialogar y acordar con todos los sectores como ha hecho Francina en Baleares.

Quiero un gobierno que impulse la ciencia como está haciendo Pablo en Cantabria.

Sé que estáis a nuestro lado. Y yo tengo claro de qué lado estoy. Del lado de Castilla y León.

Y el 13 de febrero tenemos la oportunidad de que Castilla y León tenga el gobierno de cambio y esperanza que merece. Cuento con vosotros para lograrlo.

(Solo serán válidas las palabras pronunciadas por el orador)

 

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