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Entrevista a Luis Tudanca en La Tribuna de Salamanca – 06/02/2022

por PSOE de Castilla y León

«Sabemos qué pasará si el señor Mañueco puede sumar con Vox: que le dará entrada en el Gobierno si se lo pide»

El candidato del PSOE, Luis Tudanca, recuerda que el PP ya pactó con Vox en varios municipios para gobernar: «No tenemos que imaginar si el señor Mañueco estaría dispuesto a cualquier cosa para gobernar, porque siempre que ha podido lo ha hecho».

Luis Tudanca, candidato del PSOE a la presidencia de la Junta de Castilla y León, llega con buenas sensaciones al ecuador de la campaña electoral. El viernes, cuando se celebra esta entrevista, recibe a TRIBUNA en el Parador de Salamanca tras salir de León, pasar por Villaralbo, a la espera de un acto en la capital del Tormes y pensando en su siguiente parada en Segovia. Llega relajado, parece no notar todavía el peso de una campaña con muchos kilómetros y atiende a sus dos interlocutores y al fotógrafo (disfruta de las vistas desde el lugar hacia la Catedral) con amabilidad y ganas de hablar.

Sólo una y para empezar, todo el mundo coincide en que la moción de censura de marzo tiene que ver con el adelanto electoral, ¿habría habido elecciones sin moción?

Todo el mundo, no, yo creo que sólo el señor Mañueco. Hasta tal punto que era imposible con el estatuto que se pudiera presentar una moción de censura hasta el mes de marzo y el señor Mañueco ha convocado unas elecciones en el mes de diciembre para votar en el mes de febrero. Eso no es más que una excusa. Lo que realmente ha justificado este adelanto electoral enormemente irresponsable, en mitad de la pandemia y en plena fase de recuperación son los casos de corrupción que acosan al señor Mañueco y al PP y las presiones y los intereses partidistas de Génova, del señor Casado, de la señora Ayuso y del señor Mañueco.

Una semana llevamos de campaña, ¿cómo cree que están las cosas?

Bien, pero lo he visto desde el principio. Estoy convencido de que es la misma dinámica que había en el año 2019. Un hartazgo después de 35 años de gobiernos del PP, una tierra que se desangra demográfica, con sus instituciones manchadas, donde hay muchas ganas de cambio. Las vi entonces cuando ganamos las elecciones y las veo hoy.

La proyección de estas elecciones en el ámbito nacional es innegable, ¿en qué se está notando?

Bueno, en el número de entrevistas, por ejemplo (risas). De todos los medios de comunicación de toda España además de los de aquí. Me parece que es muy útil el foco nacional, me parece que es muy bueno que hablemos de Castilla y León, una tierra de la que estoy muy orgulloso, me parece que tiene un enorme potencial y muchas cosas que transmitir. Ya es hora de que tengamos un protagonismo y juguemos un papel en España. Y también desnuda, pone a la luz muchas de las cosas que han pasado aquí y que muchos han tratado de invisibilizar. Ahora, para lo que no debería servir es para que algunos intentaran que en estas elecciones se hablara de otra cosa que no fuera de Castillla y León, de nuestro presente y de nuestro futuro, de qué programa de gobierno tenemos, de nuestra sanidad, de nuestra educación, de nuestras necesidades de reindustrialización, de dónde están los miles de jóvenes que se han marchado de aquí y por qué. De todas esas cosas.

Uno de los fenómenos vinculados a esta proyección nacional es el carrusel de actos con líderes nacionales de todo tipo, ¿tiene algún peso?

Lo que yo les pido desde luego a los dirigentes de mi partido y a los miembros del gobierno que vienen no es tanto que vengan a hablar de nosotros mismos, sino que vengan a hablar de esta tierra, que vengan a defender y anunciar proyectos que vienen bien a Castilla y León. Me parece que hemos logrado por fin que el Gobierno de España apueste por el reto demográfico, por la descentralización, que traiga organismos que nos ayuden a luchar contra la despoblación. Pero, insisto, yo quiero que vengan a hablar de Castilla y León.

Esas visitas de los ministros de hablar de Castilla y León, ¿a usted le hacen sentir fuerte?

Mi ego lo tengo cubierto. No necesitamos que sean apoyos en términos personales. Me siento fuerte porque estoy tan convencido como el primer día de que Castilla y León merece un cambio, merece algo mejor, otro gobierno, merece decencia… en eso, y en el cariño y el anhelo que veo en la gente, eso es lo que me da a mi fuerzas, no cargos que vengan a los que, en todo caso, por decirlo todo, estamos en un momento en que la recuperación económica está siendo muy fuerte y eso ayuda aquí mucho a la gente. Miles de pensionistas con mejores pensiones, decenas de miles de trabajadores protegidos en la peor crisis de la historia, mejora de los salarios de los trabajadores, han venido 1.600 millones de euros de fondos europeos… aprovechemos todo eso.

De todo eso, ¿se puede hablar en campaña? Se auguraba una campaña dura y está habiendo muchos cruces de acusaciones…

Yo lo hago.

¿Y que llegue?

Bueno, hay a quien le interesa el ruido, que se hable de eso para que no llegue a la gente. Yo lo hice en el debate, lo que vimos fue precisamente a dos dirigentes que hace dos meses estaban dándose abrazos y besos enamorados en un gobierno que todos sabíamos que no tenía nada más que ver que con su reparto de poder y su necesidad de mantenerse ahí. Peleados, enfrascados, echándose reproches, intentando arrogarse un gobierno que no era ni de unos ni de otros. Yo traté de hacer propuestas y las hice en todos los ámbitos, y lo voy a seguir haciendo, no me van a encontrar en el barro.

Claro que les digo cosas muy duras, con respecto a la corrupción, pero nada que no digan los tribunales, que no estén diciendo los jueces, pero ha llegado el momento de que la política sea otra cosa, que hablamos de la gente y que la gente pueda escucharnos en medio de tanto ruido.

Es Madrid quien con su política está convirtiéndose en un agujero negro que se lleva nuestras empresas, que se lleva nuestros jóvenes: no parece que defender o ensalzar la política de la señora Ayuso sea defender Castilla y León, todo lo contrario

Por cierto, de la visita de los ministros que han sido blanco de muchas iras del PP, ellos tiran ahora de Ayuso…

El señor Mañueco lo que trata es de… Lo he dicho muchas veces. Si mi partido llevara 35 años gobernando y yo fuera presidente de una comunidad estaría dedicando la campaña a presumir de mi balance de gestión y explicar mi programa de gobierno, y sin embargo con estas visitas el señor Mañueco trata de engañar a la gente para que no parezca que el que se presenta es él: no parece que tenga mucha confianza en su propio proyecto. Y traen a la señora Ayuso, pero es que esto no es Madrid ni el señor Mañueco es Ayuso. Fíjese que en muchas cosas ha hecho la política contraria. El Gobierno de España dio a esta comunidad autónoma 232 millones de euros para autónomos y empresas que no ha sido capaz siquiera de gastar, pero es que aprobamos una iniciativa socialista para darle fondos a los autónomos y empresarios que no ha puesto en marcha. Por no hablar de que mientras Ayuso enarbolaba esa bandera de la libertad, el señor Mañueco estaba adelantando el toque de queda más que nadie recibiendo luego un varapalo del Tribunal Supremo.

Los intereses de Madrid en muchos casos son incompatibles con los de Castilla y León. Es Madrid quien con esa política está convirtiéndose en un agujero negro que se lleva nuestras empresas, que se lleva nuestros jóvenes: no parece que defender o ensalzar la política de la señora Ayuso sea defender Castilla y León, todo lo contrario.

Si lo que quiere el señor Mañueco es dedicar todos sus esfuerzos a hacer oposición al Gobierno de España, que no se preocupe, el 13 de febrero va a tener mucho tiempo para dedicarse a ello desde la oposición

Otro de los temas estrella de la campaña es el ‘sanchismo’. ¿Siente que sus rivales le dan a usted las patadas que van para Pedro Sánchez?

Se lo dije también en el debate: un poco de respeto. Es el presidente del Gobierno. Las instituciones tienen que estar por encima de quienes las ocupan. Lo que estamos viendo estos días, tratando de deslegitimar todas las instituciones de cualquier manera en un momento en el que la sociedad no va por ahí. Insisto, tenemos más ocupados de los que había antes no sólo de esta crisis, sino de la anterior. Tenemos una recuperación económica como nadie imaginaba sólo un año y medio después de la peor crisis de nuestra historia, y ellos están a otra cosa. Si el señor Mañueco quiere hacer oposición, que se vaya a la oposición. Si lo que quiere es dedicar todos sus esfuerzos a hacer oposición al Gobierno de España, que no se preocupe, el 13 de febrero va a tener mucho tiempo para dedicarse a ello desde la oposición.

Al margen del sanchismo, Luis, la agenda nacional con los asuntos de los últimos días, como la reforma laboral, las mascarillas en exteriores, las macrogranjas… ¿le está complicando la vida tener que defender algunas de estas cuestiones?

Bueno, es terrible. Con las mascarillas el señor Mañueco hace tres días estaba en mitad de una campaña electoral diciendo que las quería quitar, sin ningún criterio sanitario ni de expertos, y cuando toma la decisión el Gobierno acusa de electoralismo: ¿se acusa a sí mismo de electoralismo? He dicho lo mismo el primer día y lo he dicho hoy: esas decisiones deberían estar fuera de estas discusiones, son muy serias, son asuntos sanitarios, no podemos hacer de eso partidismo, no lo he hecho en ningún momento de la pandemia. Nosotros hemos sido leales, responsables, siempre hemos tratado de ayudar… Hombre, ¡que uno de los anuncios electorales de Mañueco en campaña es su compromiso de recuperar la Semana Santa! Vamos a tratar a la gente de esta tierra con un poco de respeto.

Lo que me parece un problema para la campaña es el señor Mañueco, este comportamiento radical, de él y del PP. El PP de aquí nunca fue así. El Partido Popular de Castilla y León siempre fue un partido moderado, capaz de llegar a acuerdos, yo lo he hecho, yo he firmado acuerdos en defensa de los intereses de la comunidad con el Gobierno de la Junta, en la pasada legislatura y en esta, para cumplirlos. Esta deriva y este contagio del PP de Mañueco en su competición con Vox me parece que le hace un flaco favor al partido y desde luego, a Castilla y León y a España.

Mientras el resto de comunidades autónomas están corriendo para aprovechar la llegada de los fondos europeos, están diseñando sus planes, sus políticas, el señor Mañueco está en sus juegos de poder y ha dinamitado un gobierno y unos presupuestos

¿Dónde está ese ‘click’, ese cambio de este PP moderado y el que dice que hay ahora?

El que digo yo, no, el que han dicho los sanitarios cuando le pidieron la dimisión al presidente de la Junta, entonces el señor Mañueco, cuando incumplió la palabra que les dio después de que todos les aplaudiéramos y les debiéramos tanto por su esfuerzo en la pandemia. Lo han dicho los miembros del diálogo social, que ha sido una de las mejores cosas que hemos construido entre todos en esta comunidad, y que le han acusado de mentir y de incumplir todos los acuerdos. Lo han dicho todos los partidos con los que incumplió el pacto por la recuperación que todos firmamos. Lo ha dicho su socio de gobierno. Lo han dicho hasta muchos de sus compañeros de partido en estos procesos orgánicos que tienen, algunos de los cuales están en los tribunales.

A mi sí me preocupa porque, además, han dinamitado algo imprescindible en este momento que nos encontramos que es la estabilidad. Mientras el resto de comunidades autónomas están corriendo para aprovechar la llegada de los fondos europeos, están diseñando sus planes, sus políticas, el señor Mañueco, tal y como dijimos hace mucho, está en sus juegos de poder y ha dinamitado un gobierno y unos presupuestos. Hasta eso ha incumplido: sus propios presupuestos. Esa es otra de las poderosas razones para el cambio: la decencia, la necesidad de cambiar después de 35 años y también la estabilidad para aprovechar el momento tan ilusionante que vive nuestro país. Es el último tren que vamos a poder coger y no deberíamos estar entretenidos en otras cosas.

Sólo hay dos alternativas: o una suma del PP con Vox o un gobierno de cambio con el PSOE. Y también sabemos qué pasará si el señor Mañueco puede sumar con Vox: que lo hará y le dará entrada en el Gobierno si se lo pide

Un candidato en campaña, ¿ve las encuestas?

No les presto mucha atención ni antes, ni durante ni después. Sí parece que hay un silencio atronador en las encuestas de la derecha de esta comunidad autónomas en las últimas semanas… Recordaré que ninguna encuesta en 2019, salvo el CIS, daba posibilidades de que el PSOE fuera la fuerza ganadora y hoy el PSOE está a 6 escaños de la mayoría absoluta y ganó las elecciones claramente por primera vez en más de 30 años. Bueno, lo decidirá la gente, es que el cambio está en manos de la gente.

La media de las encuestas dice que no habrá ninguna mayoría absoluta y que, igual, el PP pueda sumar con Vox. ¿Ve a consejeros de Vox gobernando con Mañueco?

Lo he dicho también. Esta campaña electoral se le está haciendo larga al señor Mañueco desde antes de empezar: si durara más, es que le va a acabar saliendo a deber procuradores. Lo que sí está claro es que la gente está decidiendo es que haya pluralidad y eso nos obliga a entendernos, por supuesto. Y que sólo hay dos alternativas: o una suma del PP con Vox o un gobierno de cambio con el PSOE. No hay más alternativas. Y también sabemos qué pasará si el señor Mañueco puede sumar con Vox: que lo hará y le dará entrada en el Gobierno si se lo pide. Y que nombrará vicepresidente al candidato de Vox si lo necesita. Y que le permitirá llevar al BOE esas barbaridades que dice en Twitter contra las mujeres, contra las minorías, contra el colectivo LGTBi… Claro que lo hará, porque ya lo hizo. En 2019 ya pactó con Vox para gobernar Palencia en contra de la lista más votada que fue la del PSOE. Ya lo intentó en Burgos. Ya lo hizo en El Espinar donde le dio la concejalía de igualdad a la concejala de Vox. Eso ya ha pasado, no tenemos que imaginar si el señor Mañueco estaría dispuesto a cualquier cosa para gobernar, porque siempre que ha podido lo ha hecho.

¿Le quita el sueño una situación como la de 2019, cuando ganó y los pactos le impidieron gobernar?

A mí no me quita el sueño casi nada, pero no. Fíjese, lo he dicho también: de lo que más orgulloso estoy no es de haber ganado 2019, sino que una vez eso pasó y se produjo aquel pacto que traicionó la voluntad de los castellanos y leoneses, sí lo hizo, porque votaron cambio claramente e hicieron lo contrario. El señor Mañueco comprometió que gobernaría la lista más votada… Pero nosotros abandonamos cualquier frustración, nos pusimos a trabajar por Castilla y León desde el primer momento.

La noche tras las anteriores elecciones todo el mundo en Castilla y León estaba convencido de que iba a haber un cambio de gobierno. Todo el mundo. Por eso fue una traición

¿Esa noche supo que no iba a gobernar?

No, esa noche todo el mundo en Castilla y León estaba convencido de que iba a haber un cambio de gobierno. Todo el mundo. Todo el mundo. Por eso fue una traición. Pero no se nos ocurrió nunca decir que el gobierno fuera ilegítimo, que no fuera perfectamente legal, un pacto parlamentario hecho por el PP con cualquier otro partido, que llegara a acuerdos. No lo hice, no lo voy a hacer nunca, poner en tela de juicio los mecanismos democráticos. Pero aquello que pasó es de nuevo un magnífico ejemplo para que la gente sepa que no basta con que gane el PSOE, es que tenemos que ganar de forma aún más clara, aún más rotunda para que nadie pueda traicionar el cambio que los castellanos y leoneses quieren.

Ciudadanos ha dado un paso atrás en esa voluntad de cambio que sí expresó en 2019 y que hoy no expresa. Ni siquiera soy yo el que duda de su voluntad de cambio

Comentaba estos días que Vox no está en esta aritmética, ¿sí está Ciudadanos?

Ciudadanos ya sabemos qué hizo, también sabemos qué va a hacer porque ya lo hizo. En realidad, se ha producido un retroceso porque fue a la última campaña electoral diciendo que nunca jamás daría su voto al PP y ahora dice que al PP sí pero al señor Mañueco no. En realidad ha dado un paso atrás en esa voluntad de cambio que sí expresó en 2019 y que hoy no expresa. Ni siquiera soy yo el que duda de su voluntad de cambio. Ciudadanos ha tenido dos oportunidades y las ha desperdiciado. Estoy convencido de que la gente no le va a dar una tercera.

¿Se fiaría hoy, ahora, de Ciudadanos y de Francisco Igea?

¿Yo? Creo que no se fia la gente. Cómo se van a fiar. Yo le doy mucho valor a la palabra, en todo, en la vidad, pero sobretodo en política. Esto no es un juego de tablero con los ciudadanos y las instituciones, no lo es. Por tanto, ir a unas elecciones diciendo claramente ‘no perpetuaré el régimen del PP después de 35 años’, que es una frase literal de Igea del año 2019, y hacer presidente a Mañueco, ¿se lo va a perdonar la gente? En todo caso, insisto, hubo mucha gente entonces que enarboló la bandera del cambio y la pisotearon.

Mañueco le acusó en el debate de cómo puede cuestionar una convocatoria electoral, cuando hace un año, en marzo, «buscó tránsfugas para una moción de censura».

Dijo también que también hubo elecciones en Cataluña y a la convocatoria fue Salvador Illa: las elecciones en Cataluña las convocaron los independentistas, ¿se está comparando con ellos también? Que me diga el señor Mañueco o que me diga cualquiera qué procurador de cualquier partido se saltó la disciplina de partido para apoyar esa moción, porque no hubo ninguno. Sí hubo tránsfugas en la moción de censura de Murcia, que cambiaron la voluntad de un gobierno, que cambiaron la voluntad de un partido. Sí los hubo ayer en el Congreso de los diputados en la votación de la reforma laboral. Aquel día en la moción de censura ningún procurador de ningún partido que expresara su voluntad de no apoyar la moción de censura la apoyó, ninguno. Dije en privado y en público que nunca jamás cambiaría un gobierno con diputados de otros partidos. No. También le digo: en realidad lo que se produjo es una traición del conjunto de Ciudadanos a la voluntad expresada a los electores porque se habían comprometido con ellos, no conmigo, a otra cosa.

Ese momento que todo el mundo vio, «es que el gobierno era mío»… pero ¿cómo puede decir cualquier dirigente que el gobierno es mío? No, nunca, el gobierno, las instituciones, son de la gente, ya basta

Usted estaba en primera línea, lo vio de cerca en el primer debate, dígamos qué le pareció ese momento en el que Mañueco de Igea se pelean por atribuirse los méritos de un gobierno.

Triste, triste… triste. Era la demostración de que en los tiempos más duros que hemos vivido no estaban a los intereses de la gente, no estaban a la sanidad, a abrir los consultorios médicos del medio rural, no estaban a reforzar la Atención Primaria, no estaban a la recuperación económica, no estaban a hacer que nuestras empresas crecieran… Estaban a lo que todo el mundo vio, a ponerse medallas. Ese momento que todo el mundo vio, «es que el gobierno era mío»… pero ¿cómo puede decir cualquier dirigente que el gobierno es mío? No, nunca, el gobierno, las instituciones, son de la gente, ya basta. De verdad, me pareció triste.

Todo el mundo está poniendo sus condiciones a la hora de gobernar, aunque todavía queda campaña, pero ¿usted qué pide, con qué se sentiría cómodo para ponerse a gobernar?

Hablar de qué y no de con quién. Hablar de políticas y no de cargos. Eso ya pasó. Probablemente una de las cosas que hizo más difícil los acuerdos es que yo no estuve nunca dispuesto a hablar de cambiar instituciones, a hablar de vender ayuntamientos, de repartirnos cargos… No lo estuve entonces, no lo estoy ahora, pero sí que estoy dispuesto a hablar con culquiera que quiera hablar de cambiar políticas, con aquellos que quieran hablar de regeneración, con esos me encontraré cómodo. Con los que quieran mejorar la sanidad pública, que cumplamos la palabra que le damos a los ciudadanos, bueno, en cosas como las inversiones. En el año 2019 le saqué la foto al señor Mañueco del Hospital de Salamanca, que llevaba años comprometiendo. Por fin, no sin problema, pero ya lo tenemos, pero todas esas promesas incumplidas durante tiempo se tienen que acabar. Con quien quiera hablar de un plan de retorno de talento joven a Castilla y León, de cómo ponemos incentivos fiscales en el medio rural para fijar empresas y población… para hablar de eso podrá encontrarme comodísimo. Quien quiera perpetuar las políticas, no, que no me busque.

Igea siempre ha dicho que le dolieron especialmente sus críticas a la consejería de Sanidad cuando usted, si hubiera gobernado, hubiera contado con Verónica Casado, era su consejera.

Sí, sí lo ha dicho. Pero parece mentira que él sepa cómo iba a ser mi gobierno si no lo quiso apoyar desde el primer minuto, es que es tremendo. Fíjese, se le olvida que durante los meses más duros de la pandemia estuve a su lado, al lado del gobierno con toda lealtad, es que no escucharon una crítica, todo lo contrario, no me cansé de llamarles, de hacerles propuestas para mejorar la atención en las residencias, información para luchar contra la pandemia, para dinamizar la economía, para prepararnos para la recuperación que iba a llegar, es que fuimos leales… Lo que yo no me imaginé es que Cs y el señor Igea consolidara la corrupción del PP, que consolidara los recortes sanitarios que había hecho el PP antes, que ahora se ha olvidado de todo, pero es que gobernaron juntos dos años y medios y el PP más de 30 años. Es que en el año 2013 el PP ya pretendió cerrar las urgencias médicas en el mundo rural, es que en la legislatura del 2015 ya hubo manifestaciones masivas en Salamanca, en Valladolid, en Burgos… Lo que no imaginé es que el señor Igea, también en Sanidad, hiciera los mismos recortes que había hecho el PP. ¿Cómo voy a defender el mismo modelo sanitario que ellos? ¡Qué no, que no tenemos el mismo modelo sanitario! De ninguna de las maneras, que no hubiéramos hecho la misma política sanitaria que el PP, que no hubiéramos cerrados los consultorios del medio rural. No hubiéramos hecho y haremos lo mismo ni muchísimo menos.

Dígame algo bueno de los principales candidatos.

A ver… Cuándo os ponéis con los cuestionarios… (sonríe). El señor Mañueco, ¿qué tiene de bueno? Tiene experiencia. El señor García-Gallardo… le conozco menos, parece que sabe de oratoria. El señor Pablo Fernández tiene mucha pasión en lo que defiende. Y ¿quién me falta? El señor Igea:  tiene cintura… para cambiar de opinión.

Y eso es bueno…

No lo sé.

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